Si eres de esos aventureros o que te gusta probar experiencias diferentes, esta es tu entrada! Hoy te voy a contar una experiencia diferente para hacer en España, divertida, y además bonita que vivimos hace unos años. Esta experiencia fue la de dormir en un árbol, a 17 metros sobre el suelo, en una cabaña construida alrededor de un tronco de árbol! En Marzo de 2017 durante nuestro road trip por España viajamos desde Málaga hasta Bilbao y visitamos ciudades como Cáceres, Salamanca, Bilbao o Toledo (entre otros pueblos). Antes de llegar a Bilbao, hicimos una parada en Zeanuri (a 45 minutos de Bilbao) donde pudimos disfrutar de la experiencia de dormir en un Árbol.

¿Quién no ha soñado alguna vez de pequeño con tener una casita en un árbol como las de las películas de Estados Unidos? Para mi siempre había sido un sueño de pequeña, una ilusión de esas que se quedan en eso, en un sueño porque no se puede hacer realidad por fácil que parezca. Por eso, cuando descubrí este lugar, tuve claro que teníamos que descubrirlo si o si, era una oportunidad para vivir un sueño de la infancia.
Nos gusta planear los viajes pero también nos gusta dejar un poco de improvisación, así que este viaje lo llevábamos planeado en cuanto a recorrido y tiempo pero un poco libre en cuanto hoteles y ruta exacta. Por eso, esta parada fue un extra del viaje y no estaba planeado, pero como íbamos con tiempo decidimos hacer un pequeño alto en el camino y disfrutar de esta experiencia.

Estas cabañas se encuentran en mitad de la naturaleza, el lugar es precioso, una zona frondosa y llena de árboles rodeada por un pequeño riachuelo donde te sientes lleno de paz, armonía y en plena conexión con la naturaleza. Las cabañas (8 en total) están alejadas unas de otras para tener intimidad y a diferentes metros del suelo (por si hay alguno que tenga vértigo no tendrá problema de probar esta experiencia).
Al llegar te encuentras la recepción junto con unos carros zíngaros donde poder disfrutar de otra experiencia diferente, también hay un pequeña cafetería, zona de estar, sauna ecológica y un jacuzzi (del que pudimos disfrutar y fue una gozada!). A la llegada te4 dan un mapa para que sepas dónde está tu cabaña y te explican la zona por la que puedes salir a pasear y hacer senderismo por los caminos, aunque está completamente a oscuras ya que es plena naturaleza.

Elegimos la cabaña Txantxangorria ya que se encontraba a 17 metros de altura y era una de las más altas y como queríamos vivir la auténtica experiencia de dormir en un árbol nos pareció la más acertada, además de que es preciosa y tiene vistas al caserío, al lago y al bosque. Además tenía agua corriente, aunque el WC era seco es decir que se usaba serrín! También tenía electricidad y una pequeña chimenea artificial que daba un toque romántico y cálido a la estancia 🙂
Subir a 17 metros de altura a través de las escaleras que rodean el tronco de un árbol es toda una aventura no apta para personas con miedo a las alturas! Los detalles de las escaleras y de las cabañas son increíbles, todo tallado en madera natural. La cabaña por dentro está muy bien decorada con detalles preciosos que hacen la estancia muy acogedora.
Debo confesar que por la noche me entró un poco de miedo… y es que la cabaña se movía un poco! Claro, a tanta altura del suelo y con un poco de viento… pues al final se percibía un ligero movimiento de la cabaña (que yo noté porque me entró el pánico pero que es perfectamente aceptable y se podía dormir sin problema). La verdad que el que tuviera un pequeño balanceo hacia la experiencia aún más auténtica y divertida.
Por la mañana te dejan el desayuno colgado de la polea para que no tengas que bajar a por él. Croissant, café, zumo y pan con jamón todo perfectamente preparado en una cestita que te daba los buenos días. Nosotros decidimos desayunar en la terraza y disfrutar del buen tiempo de primavera con los primeros rayos de sol 🙂
La verdad que salimos encantados de nuestro alojamiento, la experiencia fue increíble. Anímate a probar un alojamiento diferente y dormir en un árbol, es super recomendable! ¿Te animas?